COLOMBIA, 7 Apr (EUROPA PRESS)
El domingo pasado, en un acto que ha suscitado reacciones desde el Gobierno colombiano, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) procedió a liberar a cinco ganaderos que retenía desde el 27 de marzo en Arauca. Estos individuos fueron acusados por el ELN de tener vínculos con las disidencias de las FARC, un señalamiento que ha sido refutado por los parientes de los cautivos. La agrupación guerrillera sostiene que la aprehensión se debió a supuestas colaboraciones con el frente 28 de las disidencias de las FARC.
Pedro Sánchez, el Ministro de Defensa de Colombia, expresó su regocijo por el retorno de estas personas a la libertad. "La vida es lo que más nos interesa y nos alegra enormemente que estén libres", publicó en X, aprovechando la ocasión para recordar que actividades como el secuestro y la extorsión constituyen fuentes cruciales de financiamiento para estos grupos armados. Seguidamente, destacó que el ELN recurre al narcotráfico, la minería ilegal, los secuestros y las extorsiones para financiar sus operaciones, lo que les permite llevar a cabo actos de terrorismo, así como desplazamientos y asesinatos de colombianos.
Ante este panorama, Sánchez hizo un llamado a la ciudadanía para denunciar estos crímenes y colaborar con información clave que contribuya a la neutralización de estas amenazas. "Si no se denuncian estos delitos y se suministra información para neutralizarlos, no se sabrá la realidad y la población seguirá alimentando al verdugo criminal", advirtió.
El secuestro terminó gracias a la mediación de la sociedad civil, liderada por la Diócesis de Arauca. Además, organizaciones ganaderas y empresariales de la región han advertido sobre la creciente presión que ejercen estos grupos armados a través de la extorsión. Esta situación pone en relieve los desafíos de seguridad y justicia que enfrenta Colombia en su lucha contra la violencia y el crimen organizado en el territorio nacional.