COLOMBIA, 24 Feb (EUROPA PRESS)
Colombia vivió un 2024 marcado por la violencia, registrando al menos 72 masacres a manos de grupos armados, que dejaron un saldo de al menos 252 víctimas mortales. Además, el asesinato de al menos 89 activistas locales suma gravedad a la situación, según un reciente informe divulgado por la oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Este análisis resalta el impacto devastador de la actividad de estos grupos sobre comunidades especialmente vulnerables, incluyendo afrodescendientes, campesinos e indígenas, con 216 niños reclutados por estas bandas durante el último año.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, destacó la grave situación en la región de Catatumbo, donde "más de 52 personas" fueron asesinadas y miles desplazadas, evidenciando el sufrimiento de los civiles atrapados en el conflicto armado. Turk enfatizó la importancia de centrar la protección de la población en cualquier diálogo de negociación con grupos armados, un mensaje dirigido al Gobierno de Gustavo Petro. Subrayó la necesidad de que el Estado garantice su presencia en todo el territorio y acceso a las áreas controladas por estos grupos para asegurar los derechos de la población, incluyendo el cese del reclutamiento de niños y la liberación inmediata de cautivos.
El informe también celebra progresos en áreas como la justicia transicional, derivada de los acuerdos de paz con las FARC. Las imputaciones por crímenes de guerra y contra la humanidad contra exguerrilleros y oficiales militares son "pasos fundamentales en la lucha contra la impunidad en Colombia", contribuyendo a los derechos de las víctimas a la verdad y la justicia, apuntó Turk. Estos avances reflejan un esfuerzo continuo por abordar las raíces de la violencia y avanzar hacia la paz y la estabilidad en el país.