Publicado 23/05/2024 10:28

Nuevos espacios - las mujeres pioneras del Reggaetón durante las últimas décadas

Archivo - IVY QUEEN Y ANUEL AA
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FLORIDA 23 May. (Mimi Alas) -

"Quítate tú que llegó la caballota, la perra, la diva, la potra", cantaba Ivy Queen en "Los 12 Discípulos", del 2004; una interpretación de Reggaetón en la que Queen se destacó por ser la única mujer entre doce cantantes.

"Las mujeres andábamos rebeldes. Tuvimos que comenzar una guerra en la música para que la gente nos aceptara", explica Jessica Roiz, editora asistente para Billboard Latin, al referirse al Reggaetón de hace veinte años.

Con esta canción, Queen incursionó en el Reggaetón, un género de música urbana en español que mezcla el rap, o discurso rítmico cantado, con el reggae jamaiquino, tradicionalmente dominado por los hombres, según definición en el libro Reggaetón. Desde su nacimiento en los barrios y caseríos más populares de Puerto Rico, este género ha estado acompañado por un mensaje de protesta, con violencia y objetivación de la mujer, según el artículo académico ¿Dónde y cuando aparece el Reggaetón?, de Bryan Negrón Torres.

Este reportaje muestra cómo las mujeres pioneras han transformado el Reggaetón desde los noventa, al crear nuevos espacios culturales, artísticos y profesionales. Un análisis de canciones emblemáticas femeninas interpretadas durante las últimas dos décadas detalla la evolución de las líricas y de la comercialización en el Reggaetón. Según sus propias interpretaciones, las mujeres dejaron de ser objetos sexuales pasivos al priorizar la libertad de decisión y el respeto. El resultado, coinciden en señalar tanto expertas como cantantes, es haber forjado una cultura de empoderamiento femenino muy peculiar.

Reggaetón: De la protesta a la objetivación femenina

El Reggaetón comenzó a sonar de manera clandestina a finales de los ochenta y principios de los noventa en los parques y las fiestas de los barrios populares de San Juan, Puerto Rico. Luego pasaría a discotecas como The Noise, en el barrio La Perla, en Viejo San Juan, donde existía una constante colaboración entre artistas, como Vico C, Daddy Yankee, Nicky Jam, puertorriqueños considerados pioneros del reggaetón, y productores como DJ Negro. La música se distribuía haciendo copias primero de cassette y luego de CDs, ya que ni en la isla, ni en Panamá, donde también se desarrolló el género, o en EE. UU. existían espacios en los canales tradicionales de televisión o radio.

Las letras de estas canciones relataban con crudeza las relaciones sexuales; enfatizaban el orgasmo de la mujer, o cómo disfrutaban al estar con diferentes hombres; convirtiéndola en un vehículo sexual, explica Kerelyne Escobar, periodista, que creció en Puerto Rico en los años 2000 y escribió sobre el fenómeno para la revista Artistas Boricuas.

Como género musical, el Reggaetón "reproduce y sostiene el tipo de masculinidad más tóxica, que tiene características como control, sometimiento, infidelidad, la típica imagen del hombre mujeriego y promiscuo, patanería, consumo de alcohol y drogas, chantaje, competitividad y el uso de la violencia para reafirmar su masculinidad", describe la "Guía básica del buen aliado: Especial del día del Reggaetón", una investigación del Instituto para el Desarrollo de Masculinidades Anti Hegemónicas.

Además, las líricas apelaban a los gustos masculinos, y la industria estaba manejada por hombres. No sería hasta 1995 cuando comenzaron a sonar canciones interpretadas por mujeres como Glorimar Montalvo Castro, conocida por Glory La Gata Gangster, y Martha Ivelisse Pesante, con nombre artístico de Ivy Queen.

Estas mujeres, entre otras, tuvieron que enfrentarse a un mundo hostil en su desarrollo artístico. Algunas eligieron adoptar una imagen muy femenina para apelar a la audiencia masculina. Glory, por ejemplo, se convirtió en la voz que respondía a las sugerencias masculinas. Otras adoptaron la hipermasculinidad, como La Sista e Ivy Queen.

Este tipo de vestimenta y actitud era con la intención de hacer énfasis en la música y el talento de las intérpretes, y no en sus cuerpos, comenta Maidel Amador Canales, conocida como La Sista y considerada una de las pioneras en el Reggaetón.

"Cuando inicié, a mí me hicieron como si yo fuera un personaje, porque yo no era el prototipo de artista que se iba a poner un gistro (ropa interior femenina) y empezar a menear las nalgas".

La Sista comparte que a pesar de su talento, en un inicio fue difícil y chocante para la audiencia ver a una mujer con su tipo de vestimenta (masculina, cubriendo su cuerpo) cantar en un escenario.

"Ivy Queen tenía una imagen muy masculina en su vestir. Usaba pantalones muy anchos, no tenía todavía ningún tipo de cirugía plástica en su cuerpo, para ser percibida como una más de ellos y hacerse un espacio en la industria", comenta Escobar.

Queen no se cansaba de repetir públicamente que su imagen no era prioridad, sino las líricas de sus canciones y sus mensajes.

"Si vamos al orígen del género, la pionera Ivy Queen, hacía canciones donde sus letras de empoderamiento femenino contadas con un vocabulario más callejero. Desde entonces, llevamos una lucha para desafiar el estereotipo que el Reggaetón solo es para que lo canten hombres", menciona Claudia Roque, conocida como Kuzi, una puertorriqueña creadora del medio digital "Kuzi", con 7 años de experiencia en el género musical urbano.

La cantante usaba expresiones como "la gata", "la perra", "la potra" o "la abusadora". Jillian M. Báez, miembro del Center for the Study of Women en CUNY, lo evalúa como un intento de Queen de apropiarse de palabras con connotaciones peyorativas, usadas por artistas masculinos, y transformarlas en líricas de empoderamiento, en su artículo "En mi imperio": Competing discourses of agency in Ivy Queen's Reggaeton "

Ivy Queen comenzó a componer e interpretar con el colectivo de artistas puertorriqueños que se agruparon en torno a la discoteca The Noise. En su primera aparición cantó "Somos Raperos Pero No Delincuentes" en 1998, una respuesta a la crítica de criminalización del Reggaeton por los medios en Puerto Rico.

Cinco años después, Ivy Queen ganó una notoriedad permanente gracias a la composición e interpretación de "Quiero Bailar", canción que llegó al Top 10 del Billboard Latin Rhythm Airplay durante su lanzamiento en el 2003, y perduró hasta alcanzar el número dos de las 100 Greatest Reggaetón Songs of All Time para Rolling Stone en el 2022.

"Quiero Bailar", narrada en primera persona, cuenta cómo Queen interactúa de forma sensual con un hombre en una fiesta, estableciendo sus propios límites: "Yo quiero bailar, tú quieres sudar. Y pegarte a mí, el cuerpo rozar. Yo te digo: "sí, tú me puedes provocar". Eso no quiere decir que pa' la cama voy".

La emblemática frase: "Bailo Reggaetón, pero no soy chica fácil" de la misma canción, ejemplifica la idea del consentimiento como una constante en las líricas de Queen, y también pide respeto o que no se la juzgue por sus movimientos en el baile, explica la editora asistente para Billboard Magazine desde hace 5 años, Jessica Roiz.

"Creo que desde el tiempo que estoy viva, y eso que yo he escuchado tanta música, ella fue la primera en hacer eso (hablar del consentimiento), y creo que era necesario que se hiciera en un momento en el que el Reggaetón estaba comenzando a explotar, y fue en una época en la que el Reggaetón se trataba de sexo, con canciones de Daddy Yankee o Nicky Jam, que si eran pegajosas, pero ellos estaban compartiendo ese mensaje que las mujeres eran un objeto sexual",