MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) ha publicado los principales resultados de la inflación en Colombia, mostrando un aumento del 0,94% en términos mensuales y una aceleración inesperada de la inflación anual, que pasó del 5,20% al 5,22% en la última medición.
Dentro del análisis de la inflación, se evidencia el impacto del aumento del salario mínimo en varios rubros. En primer lugar, en el mes de enero, los precios de los alimentos aumentaron más del 1%, debido a la combinación de varios factores que impulsaron su costo. Entre los productos con mayor incremento se encuentran la carne de pollo, la cebolla, el tomate y algunas legumbres, cuyos precios también pudieron verse afectados por la dinámica de cosechas y la variabilidad climática.
En el componente que excluye alimentos, se observa un fuerte impacto del salario mínimo. El segundo mayor contribuyente a la inflación de enero fue el sector transporte, influenciado tanto por el alza en los peajes como por la decisión de aumentar las tarifas del transporte masivo en algunas ciudades principales. Este ajuste se dio tras el incremento significativo del subsidio de transporte por parte del Gobierno, lo que generó un impacto adicional en la inflación.
En tercer lugar, otro de los sectores con mayor incidencia en la inflación fue el de restaurantes, en particular la comida fuera del hogar, cuyos precios han aumentado. Uno de los principales costos de los restaurantes es el pago a los meseros, cuyos salarios suelen estar indexados al salario mínimo.
Como resultado de estos factores, el panorama para el Banco de la República se vuelve más retador. En Scotiabank Colpatria, consideramos que si la inflación hubiera descendido por debajo del 5%, habría existido margen para que el Banco Central redujera las tasas de interés en su reunión de marzo. Sin embargo, con la inflación actual, este ajuste será más complejo.
Para febrero será clave observar cómo evolucionan precios estratégicos, como los de la educación. Sin embargo, si los efectos de la indexación de precios al salario mínimo y la inflación pasada persisten, el panorama seguirá siendo difícil. En general, el incremento de la inflación también retrasa el cumplimiento de la meta inflacionaria casi un año. En su más reciente informe de política monetaria, el Banco Central ya ajustó sus proyecciones y, aunque se esperan reducciones en las tasas de interés, estas serán más graduales de lo previsto inicialmente.
Este escenario también podría ralentizar la recuperación económica, afectando el crédito y la demanda. Los consumidores aún enfrentan costos elevados en arriendos, administración y alimentos, mientras que las tasas de interés bajan a un ritmo más lento.
En consecuencia, se espera que la inflación cierre el año en 4,5%, con tasas de interés del 7,75% y un crecimiento económico de 2,6%, en un proceso de ajuste más gradual al previsto antes del aumento del salario mínimo.