MADRID 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
Al menos tres personas murieron y cerca de 20 resultaron heridas en un ataque ejecutado el lunes por tropas eritreas en la ciudad etíope de Adwa, situada en la región de Tigray (norte), según ha denunciado la organización no gubernamental Amnistía Internacional.
Testigos citados por la ONG han señalado que los militares eritreos estaban cruzando la ciudad cuando abrieron fuego contra un grupo de personas en la calle principal de la localidad, cerca de la estación de autobuses, lo que ha sido descrito como un "ataque ilegal" por parte de Amnistía.
"Los ataques deliberados contra civiles están prohibidos por el Derecho Humanitario y deben terminar", ha sostenido la subdirectora de la ONG para África oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos, Sarah Jackson, quien ha pedido además una "investigación internacional" en torno a este y otros incidentes y acusaciones sobre violaciones de los Derechos Humanos, incluidos crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad.
Así, seis testigos han señalado que algunos de los heridos fueron trasladados al Hospital Don Bosco de Adwa, mientras que 19 fueron evacuados a la ciudad de Axum para recibir tratamiento especializado a causa de la gravedad de sus heridas.
Fuentes médicas del Hospital Universitario de Axum han detallado que todos los heridos recibieron impactos de bala en el pecho, el estómago, las piernas y las manos, al tiempo que han afirmado que seis de ellos se encontraban en estado crítico a fecha del 13 de abril.
Uno de ellos, que trabaja en la estación de autobús, ha relatado que los soldados eritreos que abrieron fuego iban a bordo de un camión militar y otro camión. "Huimos en distintas direcciones. Me escondí en un drenaje. Sabía que eran eritreos porque perjuraban en trigriña, los camiones tenían matrículas eritreas y camuflajes eritreos", ha añadido.
Asimismo, un testigo que se encontraba en la zona en el momento del incidente ha señalado que "había rickshaws en la carretera y los soldados del primer camión gritaron en tigriña a los conductores para que se apartaran". "Entonces, los soldados del segundo camión empezaron a disparar. Había mucha gente en la calle", ha manifestado.
Un tercer testigo ha apuntado igualmente que eran soldados eritreos y ha recalcado que "no fue un enfrentamiento, sino disparos contra los presentes". "Uno de los muertos fue asesinado a cinco metros de mi casa. Murió en el acto. Le vi", ha zanjado.
Por ello, Jackson ha incidido en que "debe haber justicia y rendición de cuentas por los crímenes de guerra y las violaciones de los Derechos Humanos en Tigray". "Este ataque y otras acusaciones de violaciones deben ser investigadas de forma independiente e imparcial a nivel internacional", ha agregado.
Jackson ha puntualizado además que "Etiopía y Eritrea deben cooperar totalmente con estas investigaciones y garantizar una reparación total para las víctimas y sus familias". Las fuerzas eritreas han sido acusadas de varias matanzas en Tigray, escenario de una ofensiva militar desde noviembre de 2020.
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, afirmó el 26 de marzo que Eritrea había accedido a retirar sus tropas de la región, unos días después de confirmar por primera vez su presencia en el país, hasta entonces negada por Adís Abeba y Asmara.
Ahmed explicó, para justificar la presencia de tropas eritreas en el país, que el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF) lanzó cohetes contra Asmara, "provocando que el Gobierno de Eritrea cruzara la frontera etíope para prevenir futuros ataques y mantener su seguridad nacional".
La ofensiva en Tigray arrancó el 4 de noviembre por orden del primer ministro en respuesta a un ataque del TPLF --que entonces gobernaba en Tigray-- contra una base del Ejército en la capital regional, Mekelle, que se saldó con la muerte de un importante número de militares etíopes.