MADID 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Francia solicitará al de Argelia la revisión de "todos los acuerdos" suscritos por los dos países, dentro de una creciente tensión diplomática que ya ha derivado en las últimas semanas en el cruce prácticamente constante de reproches políticos entre París y Argel.
Al término de una reunión centrada en temas migratorios, el primer ministro galo, François Bayrou, ha informado de su interés por analizar los acuerdos en vigor en un plazo de mes y medio, entre otros motivos para dejar claro de qué manera se transponen en medidas prácticas.
Por parte francesa, Bayrou ha señalado que no existe interés alguno en una "escalada" y que la intención sigue siendo "respetar los acuerdos", pero al mismo tiempo ha argumentado que, como "gobierno responsable", puede verse abocado a asumir que los compromisos firmados no tienen sentido. "No es lo que deseamos", ha agregado en su comparecencia.
El primer ministro ha dado por hecho ya que Argelia no respeta los compromisos en materia migratoria y que implican "ventajas considerables" para sus ciudadanos. París quiere elaborar "una lista de urgencia" de personas que las autoridades francesas quieren deportar, después de que el Gobierno acusase a la parte argelina de obstaculizar los traslados.
Asimismo, Bayrou ha solicitado una auditoría sobre la concesión de visados, después de que el martes el Gobierno ya confirmase que limitaría las excepciones que venían contemplándose para altos cargos argelinos, lo que ha motivado este miércoles un contundente comunicado por parte del Ministerio de Exteriores de Argelia.
El Ejecutivo de Argelia ha expresado su "sorpresa" y "asombro" por lo que considera una "provocación" y no descarta responder con medidas "recíprocas, estrictas e inmediatas". En su opinión, la medida "se inscribe en la larga lista de provocaciones, intimidaciones y amenazas dirigidas contra Argelia".
Las autoridades argelinas se sienten parte de las disputas políticas internas en Francia y de una "competición" de la que consideran "instigadora" a la ultraderecha, que sería "quien da las órdenes". Esta dinámica, han advertido, "arrastra" también a miembros del Gobierno francés y "puede tener consecuencias incalculables para la relación en todas sus dimensiones".