Faye convocó los comicios para intentar desbloquear la toma de decisiones por el control opositor de la Asamblea Nacional
MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
La población de Senegal está llamada a las urnas este domingo para unas elecciones parlamentarias anticipadas que supondrán una reedición de la rivalidad entre el expresidente Macky Sall y el ahora primer ministro, Ousmane Sonko, en medio de una grave crisis económica y un bloqueo en la Asamblea Nacional a las propuestas del actual mandatario, Bassirou Diomaye Faye.
Los comicios fueron convocados después de que Faye anunciara en septiembre la disolución del Parlamento para "pedir al pueblo soberano" las competencias necesarias para "dar sustancia a la transformación sistémica" prometida por el opositor antes de su victoria en las elecciones presidenciales de marzo.
Así, el mandatario, aliado de Sonko --quien fue nombrado primer ministro tras no poder presentarse a las presidenciales al ver bloqueada su candidatura por una sentencia dictada contra él--, argumentó que la coalición opositora Benoo Bokk Yakaar (BBY), alineada con Sall, estaba bloqueando sus propuestas de ley, sumiendo al país en un bloqueo.
De hecho, la decisión llegó después de que el Parlamento rechazada una propuesta para enmendar la Constitución destinada a racionalizar el gasto y reformar la gestión pública, incluida la eliminación del Consejo Económico Social y Ambiental (CESE) y el Alto Consejo de Colectividades Territoriales (HCCT), cuyos directores fueron posteriormente cesados.
Inmediatamente después del bloqueo en el legislativo, Faye sostuvo que el rechazo a la propuesta era una muestra de la "ruptura profunda" entre los disputados y las "aspiraciones" de la población tras su victoria en las elecciones de marzo, en las que se impuso con claridad al entonces primer ministro, Amadou Ba, respaldado por Sall.
El nuevo mandatario había prometido durante su campaña una batería de reformas en el país, así como revisar los permisos de pesca para compañías extranjeras --lo que derivó en conversaciones con la Unión Europea (UE)-- y un mejor reparto entre la población de los ingresos derivados de la explotación de los recursos naturales.
Además, prometió incrementar los esfuerzos de lucha contra la corrupción en el país africano, en un conjunto de promesas centradas en la necesidad de cambiar la forma de hacer política en Senegal durante los dos mandatos de Sall (2012-2024) y poner el foco en dar oportunidades a la población joven, que representa cerca del 70 por ciento del total.
La gestión de Sall había sido duramente criticada durante los últimos meses de su mandato, especialmente por las especulaciones en torno a la posibilidad de que se saltara el límite de dos mandatos y se presentara a las elecciones, extremo que descartó, y el aumento de la represión contra la oposición, personificada en los casos abiertos contra Sonko.
NUEVO ENFRENTAMIENTO ENTRE RIVALES CONOCIDOS
De hecho, las presidenciales tuvieron lugar un mes después de lo previsto después de que Sall aplazara en febrero la votación y de que el Constitucional anulara la propuesta de que se celebraran en diciembre --meses después del fin de su mandato--, hechos que amenazaron con desestabilizar un país que era considerado hasta poco antes como la democracia más estable en África occidental.
Finalmente, Sall y Sonko se enfrentaron en las urnas de forma indirecta y a través de sus elegidos para la disputa --Ba por el Partido Alianza de la República (ARP) y Faye por parte del Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF), disuelto por las autoridades tras una oleada de movilizaciones contra los procesos judiciales contra el opositor--.
Sonko, condenado por "corrupción de la juventud" tras un polémico caso por supuesta violación, defendió en todo momento su inocencia y achacó su imputación a un intento de las autoridades de apartarle de la política. Finalmente, su popularidad aupó a la Presidencia a Faye, liberado junto a él en una amnistía destinada a calmar los ánimos antes de las elecciones.
En esta ocasión, PASTEF le ha elegido como su cabeza de lista para las legislativas, en las que su principal rival será la coalición de reciente creación Takku Wallu Senegal, integrada por el APR y liderada por el propio Sall, quien aspira de esta forma a volver a la primera línea de la política senegalesa, lo que ha sido recibido con escepticismo por parte de la población.
Alrededor de 7,4 millones de personas están inscritas en el censo en el país, que cuenta con unos 18 millones de habitantes. En total, hay 165 escaños en juego, en disputa entre un total de 40 listas electorales, si bien las de Sonko y Sall figuran como las principales aspirantes a hacerse con la victoria.
Así, la votación ha sido presentada como una encrucijada entre las políticas representadas por Sall durante sus doce años al frente del país y la nueva vía que representan Faye y Sonko, que han reclamado a sus seguidores una mayoría cómoda en el Parlamento para poder sacar adelante sus propuestas y evitar una parálisis prolongada a nivel administrativo.
PASTEF ha argumentado en varias ocasiones que las autoridades actuales no pueden impulsar sus reformas y cambiar la situación heredada de la anterior administración en el país, afectado por una grave crisis económica y una alta tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes, dado que el actual modelo no genera oportunidades suficientes a los cientos de miles de jóvenes que entran cada año al mercado laboral.
Por su parte, Sall ha defendido durante su campaña electoral que su intención es hacer rendir cuentas al actual Gobierno y ha recalcado que los logros obtenidos por el país bajo su égida están siendo socavados por Faye, si bien está por ver si este mensaje calará suficientemente entre los electores, que en marzo ya se pronunciaron a favor de un cambio de ciclo.
Las últimas semanas de la campaña han estado marcadas además por enfrentamientos esporádicos, por lo que el Gobierno ha hecho un llamamiento a la calma. La preocupación aumentó especialmente después de que el propio Sonko acusara a miembros de la coalición Sam Sa Kaddu, encabezada por Barthélémy Dias --actualmente alcalde de Dakar--, de estar detrás de ataques a seguidores de PASTEF y pidiera "una venganza proporcional" apelando a "un derecho legítimo a la respuesta".
CRISIS ECONÓMICA
El principal foco de las diferentes campañas electorales ha estado situado sobre la situación económica y el elevado coste de vida en el país, especialmente en Dakar, donde vive cerca de una cuarta parte de la población de Senegal y que lleva años registrando un crecimiento urbanístico descontrolado.
El país hace frente a una crisis de deuda y, de hecho, el nuevo Gobierno denunció tras llegar al poder que el déficit presupuestario era mucho mayor que el hecho público por la Administración de Sall, lo que ha llevado a la suspensión de un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 1.900 millones de dólares (cerca de 1.800 millones de euros) mientras se realiza una auditoría.
La mala situación económica ha provocado de hecho un aumento del número de personas, especialmente jóvenes, que intentan llegar a las costas de Europa a través de las peligrosas rutas en el océano Atlántico, con las Islas Canarias como principal objetivo, con decenas de muertos durante los últimos meses por el hundimiento de varias embarcaciones.
Una de estas tragedias llevó a Faye a prometer que sancionará "con la mayor firmeza" a los responsables de organizar estas travesías. "Vuestra vida tiene un valor inestimable. Tenéis un papel central que jugar en el futuro de nuestro país", trasladó a los jóvenes que planean embarcarse en esta ruta, que deja cerca de 5.000 muertos y desaparecidos durante la última década.